Nunca adivinarías el secreto del peor periódico del mundo

Con estos títulos basura, prueba fehaciente de la indigencia intelectual de quien los escribe, cada vez más, los diarios engañan y faltan el respeto a sus lectores. Sobre todo en las redes sociales (RR.SS), donde vierten toda su bazofia pseudo informativa.

Tristemente, cada vez es más frecuente ver como esta plaga ha contagiado a no pocos diarios que algunos tenían por serios, pues son muchos los que se suman a la ola de noticias estúpidas e irrelevantes, y comienzan a gastar ríos de tinta y muy pocas neuronas para explicar por ejemplo que un pingüino nada cada año 8.000 km para visitar al hombre que le salvó la vida, cómo si esto importara un pimiento en nuestras vidas.

El mundo está loco, esta democracia de la que algunos habían hecho un dios ha fracasado, dictaduras invisibles como la ideología de género dominan todos los frentes de batalla, en Oriente Medio no se puede ser cristiano, en Europa a duras penas se vislumbra un futuro esperanzador, y mientras tanto aquí la estupidez campa a sus anchas. Y tan tranquilos.

Pero lo que nos ocupa hoy es otra cosa, pues de entre todas las boñigas periodísticas que se venden en los quioscos o que apestan por la red, hay una que quizás por su cercanía geográfica -para nada editorial- me produce especial rechazo. Nunca había tenido a este panfleto de propaganda del régimen como un diario serio, pero después de ver la estrategia que están siguiendo ahora en RR.SS he descubierto que cuando uno está hundido en la miseria, siempre quedarán un poco más de heces para que se pueda seguir hundiendo. Y eso es lo que está haciendo La Vanguardia. Sus publicaciones en RR.SS no es que rocen, es que se dan de bruces con lo soez, lo vulgar y lo ofensivo, y todo justificado por un clic.

Así es como se prostituye nuestra profesión. Ofreciendo carnaza a los lectores para que el número de visitantes únicos a final de mes sea el que esperan los anunciantes. Y así es como nosotros colaboramos con la gran ramera, olisqueando la podredumbre que nos ofrece.

En esta vida siempre hay que empezar por algo, y yo empezaré por eliminar a La Vanguardia de todas mis redes sociales. Si os cruzáis conmigo por la calle y observáis que huelo mejor, ya sabréis por qué es.

Si no quieres perderte el próximo artículo de opinión suscríbete al blog. 
Si estás con el ordenador abajo a tu izquierda encontrarás el formulario. 
Si estás con el móvil deslízate todo recto hacia abajo.
Si estás en el bar tomando un café con amigos no sé qué haces aquí ahora. 

Deja un comentario